El Gobierno exime de ir a prisión a los imputados por fraude fiscal que paguen antes de dos meses
- La reforma del Código Penal aprobada en enero de 2013 endurecía, en teoría, las penas por delitos fiscales al elevar las penas máximas a seis años.
- El articulado, sin embargo, recoge una "excusa absolutoria que en la práctica es una puerta falsa que invalida toda la ley", denuncian los inspectores de Hacienda.
- La Organización de Inspectores (IHE) lamenta que la desaparición de este delito impide a su vez luchar contra otros delitos como el blanqueo de capitales.
El Gobierno aprobó el pasado mes de enero una reforma
del Código Penal que en teoría endurecía las penas por delitos fiscales, pero
en la práctica deja siempre al defraudador "la oportunidad de no ingresar en prisión si se paga el importe
defraudado" en el plazo de dos meses desde que ha sido
imputado judicialmente, según han denunciado los inspectores de Hacienda.
El apartado 6 del artículo
305 insta a los jueces a reducir la pena de los defraudadores imputados si
pagan antes de dos meses La
reforma legal publicada el pasado 28 de diciembre en el BOE establece un tipo penal agravado para los
mayores fraudes, y se contemplan así penas de entre 2 y 6 años como máximo.
Esta modificación permite, además, que el
plazo de prescripción de las infracciones por fraude fiscal se eleve hasta los
10 años, e incrementa las opciones de cobro de la deuda
tributaria impagada al impedir la paralización del procedimiento
administrativo.
Sin embargo, tal como explica un informe publicado por la Organización de Inspectores de
Hacienda (IHE), la normativa
contiene "puntos oscuros" que suponen una puerta
falsa "que invalida toda la ley". En el apartado 6 del artículo 305
del Código Penal, se indica que jueces reducirán
la pena "en uno o dos grados, siempre que, antes de que
transcurran dos meses desde la citación judicial como imputado satisfaga la deuda tributaria y
reconozca judicialmente los hechos".
En la práctica esto está suponiendo una "excusa absolutoria",
en palabras de inspectores consultados por este diario, que impide que nadie entre en prisión por delitos de fraude
(las penas máximas pasan a ser de 3
a 6 meses). Además, como de facto desaparece el delito fiscal, se impide por ello la persecución de otros posibles
actos delictivos relacionados, "como son el blanqueo de
capitales", explican fuentes solventes de la Agencia Tributaria.
La absolución denunciada por los
inspectores no acaba ahí, ya que junto a la reducción de la pena se produce una rebaja de la multa
que se impone a los contribuyentes imputados: Pasa a ser del 25% al 50% del importe que
correspondería en caso de sanción administrativa. "Con esta regulación se
le está enviando al defraudador un
mensaje claro de tranquilidad", critican desde la IHE.
Pocos medios y un mal diseño
Los inspectores, ante la
escasez de medios y la crisis fiscal nacional, han reclamado poder hacer horas
extra por las tardes El
colectivo de inspectores alerta en su último comunicado del conjunto de problemas que, a su juicio, viven día a día en la Agencia Tributaria, al tiempo que ofrecen
una batería de propuestas para ganar
en eficiencia y capacidad recaudatoria. Una de sus quejas
históricas es la falta de medios de la Agencia: En España hay un empleado tributario para cada 1.928 ciudadanos,
ratios muy bajos en relación a los países de nuestro entorno. En Francia y Alemania, por ejemplo, hay
un inspector o subinspector por cada
860 y 729 ciudadanos, respectivamente.
Para paliar la escasez de medios humanos y ante la
crisis nacional que sufren las cuentas públicas, los inspectores han propuesto
por escrito al Gobierno poder
realizar horas extra por las tardes (el horario en Hacienda es
de 8 a 15
horas), una medida que no tendría
impacto, dicen, en las cuentas, ya que la Agencia se
"autofinanciaría" con el aumento de ingresos. Además, como es obvio,
han reclamado que se convoquen cuanto
antes nuevas oposiciones para plaza de inspector y
subinspector, después de que las de 2012 sigan paralizadas.
La falta de medios humanos a su vez
provoca, tal como denuncia la IHE, que la carga de trabajo de cada funcionario sea "excesiva a todas luces",
lo que unido a un sistema de incentivos "perversos" (el 20% del
salario depende de la productividad, es decir, de los expedientes resueltos)
hayan dado como resultado una
definición de objetivos inadecuada, en la que la mayor parte de
la inspección se acumula en las rentas salariales y no en los grandes patrimonios. Fuente:20minutos.es
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