"En la Mancomunidad de Servicios Sociales andamos contrariadas, más de lo normal, quiero decir, porque la UTS 3 vuelve a su tierra, a los suyos, y nos deja a nosotras (que también nos consideramos suyas) mustias y pensando que pocas veces fue tan cierta la expresión “otro vendrá que a mí bueno me hará”. Y no es desmerecer al que la sustituya, es que Maite, nuestra Maite, es muy buena en lo suyo… mucho, mucho.
Y dijo el filósofo “El hombre ha de ser generoso, pero antes de generoso debe ser justo, y por encima de justo, humano”. Y esa es Maite: una Trabajadora Social que sabe muy bien lo que se hace, y que lo hace con gesto sereno, fácil, natural, con la mirada franca y oscura pintada de cierta sabiduría tranquilizadora y un verbo tan contundente como prudente.
También deja a sus usuarios que saben de su habilidad casi mágica de engrandecer lo que no debe ser considerado pequeño y de hacer fuerte lo que no merece ser débil, de convertir lo poco en bastante y lo bastante en todo, que aprecian su puntualidad de reloj suizo y que saben que escribe redondo y azul con un boli “bic” que hace rotar como una pistolera de lo social sobre su pulgar derecho.
La queremos porque la hemos visto crecer mientras crecíamos y porque sólo hace falta acercarse a ella para saber que lo suyo no es sólo valor profesional, sino también (y fundamentalmente) del otro, del difícil, el que distingue a los que se echan de menos del resto. Buena suerte amiga, y hasta luego."
Y dijo el filósofo “El hombre ha de ser generoso, pero antes de generoso debe ser justo, y por encima de justo, humano”. Y esa es Maite: una Trabajadora Social que sabe muy bien lo que se hace, y que lo hace con gesto sereno, fácil, natural, con la mirada franca y oscura pintada de cierta sabiduría tranquilizadora y un verbo tan contundente como prudente.
También deja a sus usuarios que saben de su habilidad casi mágica de engrandecer lo que no debe ser considerado pequeño y de hacer fuerte lo que no merece ser débil, de convertir lo poco en bastante y lo bastante en todo, que aprecian su puntualidad de reloj suizo y que saben que escribe redondo y azul con un boli “bic” que hace rotar como una pistolera de lo social sobre su pulgar derecho.
La queremos porque la hemos visto crecer mientras crecíamos y porque sólo hace falta acercarse a ella para saber que lo suyo no es sólo valor profesional, sino también (y fundamentalmente) del otro, del difícil, el que distingue a los que se echan de menos del resto. Buena suerte amiga, y hasta luego."
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