Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el cuarto trimestre del año el empleo cayó en 65.000 personas respecto del trimestre anterior, y el desempleo se redujo en 8.400 situando el número total de desempleados en 5.896.300, y la tasa de paro en el 26.03%. UGT subraya que la caída del número de parados no se debe al incremento del empleo sino a la pérdida de activos y señala que estamos ante una salida en falso de la crisis ya que en 2013 no sólo se ha destruido empleo sino que se ha producido un empeoramiento brutal de la calidad del existente –la contratación indefinida y a tiempo completo y se sustituye por empleo temporal y a tiempo parcial- la desigualdad y la pobreza. El sindicato destaca que es preciso que el Gobierno abandone las políticas de austeridad y es urgente impulsar un modelo basado en la inversión, la innovación, la política industrial, la formación y en la que el empleo sea de calidad y se recupere el poder adquisitivo de salarios y pensiones.
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), en el cuarto trimestre del año el empleo cayó en 65.000 personas respecto del trimestre anterior, y el desempleo se redujo en 8.400. Esto supone que el número de activos se ha reducido en 73.400 personas. El número total de desempleados se sitúa en 5.896.300, y la tasa de paro sube ligeramente hasta el 26.03%.
1.- En términos anuales, nuestra economía, aunque a menor ritmo, sigue perdiendo empleo (casi 200.000 personas en los últimos doce meses, -1,2% anual). Por su parte, el desempleo se ha reducido por primera vez desde 2007, en 69.000 personas, lo que en principio es una buena noticia. Lo que sucede es que esa caída del número de parados no se ha debido a un incremento del empleo (que, como se ha visto, sigue destruyéndose), sino esencialmente a la pérdida de activos, de la población que quiere trabajar, que se ha reducido en 2013 en 267.900 personas. Son, esencialmente, personas que, al no encontrar un empleo, dejan de buscarlo y pasan a la inactividad laboral (jubilación, tareas domésticas) o emigran para intentar trabajar fuera de nuestras fronteras.
Por otro lado, 2013 debe ser señalado como el año en que se ha consolidado la precariedad laboral. No solo es que se haya destruido empleo, sino que se ha producido un severo empeoramiento de la calidad del existente. Basten un par de datos para ilustrarlo: el empleo indefinido ha caído en 269.500 personas (-2,5%) y el temporal ha crecido en 81.300 (2,5%); y el empleo a tiempo completo ha descendido en 339.300 personas (-2,4%) y el de jornada parcial se ha incrementado en 140.400 (5,4%). Es decir, se pierde empleo mucho empleo indefinido a jornada completa y se sustituye (en parte) por empleo temporal y a jornada parcial.
2.- La EPA de este trimestre refleja también el balance en materia de empleo de los dos primeros años de legislatura del gobierno del Partido Popular, que ha venido determinado por la imposición de una regresiva e injusta reforma laboral, que está teniendo unos efectos muy dañinos sobre el mercado laboral. Algunos de los resultados de estos dos años son:
- Se han perdido más de un millón de puestos de trabajo (1.049.300); todos ellos a tiempo completo (-1.329.900), mientras que el de jornada parcial ha aumentado algo (280.600).
- El empleo asalariado ha descendido en prácticamente 1.100.000; seis de de cada diez de ellos de carácter indefinido (673.900).
- El número de desempleados ha crecido en 622.700, un 11,8%.
- La tasa de paro ha crecido 3,2 puntos, hasta superar el 26%.
- El número de parados de larga duración (que llevan más de un año buscando empleo) ha aumentado en 952.100, un 36,1%, y supone ya 6 de cada 10 parados.
- El número de trabajadores subempleados (trabajan menos horas de las que desean o en puestos con cualificación inferior a la formación que poseen) ha aumentado en 164.000, hasta los 2.401.300.
- La cobertura de las prestaciones por desempleo no deja de descender: hay 3.095.038 parados que no perciben ninguna prestación, lo que significa que solo cobran el 47,5% del total de parados.
En suma, unos resultados pésimos, que reflejan la reducción de nuestro mercado laboral y la pérdida de calidad del (cada vez menor) empleo existente, y que se deben a dos factores: de un lado, la mencionada contrarreforma laboral, y de otro, las erróneas políticas económicas desarrolladas, que solo están generando destrucción de empleo, peores condiciones laborales y más desigualdades y pobreza.
3.- Los datos que ofrece la EPA muestran que nos encaminamos hacia una salida en falso de la crisis, caracterizada por una mejoría estadística de algunos indicadores macroeconómicos (déficit, PIB, empleo en términos absolutos) pero con un empeoramiento brutal de la calidad del empleo, de la desigualdad y de la pobreza. Las políticas económicas y laborales que se están aplicando buscan lograr un crecimiento basado en actividades de baja productividad y valor añadido, que tan solo genera subempleo e impide el desarrollo y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Estamos asistiendo a la devaluación salarial como antesala de la devaluación social.
Es preciso cambiar esas políticas de austeridad extrema que nos están convirtiendo en un país satélite sin perspectivas de desarrollo sostenible e integrador. Para poder hablar de reactivación o salida de la crisis, esta debe ser percibida por las familias en forma de una mejora de sus condiciones de vida, y eso no va a pasar si se continúa con el estrangulamiento económico actual. Además, el gobierno del PP ha unido la estrategia del austericidio económico a una agenda de reformas sociales ultraconservadora que puede provocar una involución social inaceptable.
Frente a esta regresión económica y social, UGT propone una agenda alternativa de progreso, detallada en el documento “Hacia un nuevo modelo económico y social en España”, que apuesta por una salida de la crisis más justa y solidaria, una política basada en el consenso y el diálogo y que vele por el interés de la mayoría social, frente a los intereses económicos de determinados lobbies empresariales y financieros. Esta agenda alternativa promueve reformas de calado en torno a 6 líneas de actuación: más empleo y de más calidad (propuestas para cambiar la política económica y laboral); cimentar un nuevo modelo productivo más eficiente y sostenible; aumentar las capacidades de actuación públicas (reformar la fiscalidad), construir un potente sistema de servicios y prestaciones públicos; reforzar la democracia, los derechos y la participación de los ciudadanos y abrir el sindicato a la sociedad, con transparencia, compromiso y rendición de cuentas.
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